ENERGIA MASCULINA Y FEMENINA...

El ser humano tiene dos energías, la femenina y la masculina. Estas energías nada tienen que ver con ser hombre o mujer. Son dos actitudes que coexisten en las personas. Ambas están siempre en nosotros. Lo masculino tiene que ver con focalizar, con el intelecto. Desde ahí juzgamos, interpretamos, clasificamos, imponemos. Lo femenino, o escuchar desde lo femenino, está relacionado con la mirada, con la intención, con el corazón, sin juzgar, incluyendo, permitiendo que “eso” sea, o “eso” esté, sin excluir. Un ejemplo sencillo de este concepto. Cuando tenemos una bronca con alguien, o con una circunstancia, y gritamos, perdemos los papeles. Nos ponemos super agresivos porque estamos muy enfadados o heridos. Eso es “lo masculino”, y no tiene nada que ver que uno sea hombre o mujer. Lo “femenino” sería respirar, escuchar, sentir al otro, intentar calmar los ánimos. Cuando vamos adquiriendo más actitudes de integración (lo femenino) en pequeñas cosas, como no enfadarse con facilidad, vamos generando micro estados de tranquilidad que evitan muchos errores de enfoque. Darse tiempo, ver lo que tenemos dentro, escucharnos, nos hace más tolerantes, nos enseña a aceptar. Aceptar que uno enferme; aceptar no querer hacerse cargo de la enfermedad del otro. Aceptar que alguien se quiera morir. Aceptar la diferencia, cualquiera que sea. Aceptar que nuestra exigencia nos envenena, y desde ahí nos empuja a querer hacer (lo masculino) y a querer cambiar al otro (lo masculino). En lo masculino está el enjuiciamiento, y en lo femenino la tolerancia, la comprensión, la intuición, permitiendo que nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás se dulcifiquen. Y nuestra relación con la enfermedad, también. Cuando miramos la enfernedad desde lo femenino, nos da muchas claves sobre lo que está pasando en nuestro interioR. JOSEFINA MÈNDEZ, CONSTELADORA FAMILIAR CORREO JOSEFINAAVILAM@GMAIL.COM TLF. 04147018618.