En las relaciones de pareja es interesante considerar, una parte, en qué momento mental y en qué contexto se escoge la pareja, ¿qué elementos confluyen en el llamado “flechazo de cupido”? Podríamos considerar que se trata de un “tiempo de cierto riesgo emocional”, pues podría ocurrir que frente al vacío afectivo, se le coloque el “traje de príncipe azul”-o el de princesa- a quien no corresponde. Cuántas veces alguien se empeña debido a necesidades mal canalizadas, o por intolerancia a la soledad- en armar un proyecto pareja con alguien que está lejos de tener la disposición para formar un vínculo.
La primera relación que tiene el bebé con la madre y con el padre son fundamentales a la hora de decidir por una pareja.
Vamos a funcionar con la conciencia de dos egos infantiles, haciendo de papa y mama en la pareja, controlando, limitando a la pareja que debe de hacer y que no, queremos cambiar al otr@ que haga lo que yo quiero, de no empezamos a quitarnos las mascaras y empezamos sacar lo que llevamos dentro vivido por nuestra familia, si el otr@ no hace lo que quiero comienzan los conflictos. Nadie es perfect@ y no debemos alabar a nadie cada quien es como tiene que ser, luego vienen los desencuentros a travès del dolor empezamos a mirar nuestra historia que no ha sido tan buena y los hijos que vengan a traves de esa simbiosis van a repetir la historia de los padres, si el padre fue alcoholico el hijo lo lleva en los genes cuando nace ya viene con todo el paquete la programaciòn. Buscamos inconscientemente en la pareja lo que mama y papa no me dieron.
Ningún amor es solución al vacío interior . Cuando estamos sol@s tendemos a un error común: pensar que cuando llegue el día en que encontremos amor, al fin podremos ser felices. Nada ni nadie podrá llenar el vacío de nuestro corazón si no somos capaces de llenarlo nosotros mism@s. Ámate a ti mism@, busca la felicidad en ti misma, no en los demás. Tú felicidad no depende de ningún príncipe, o princesa depende de ti mismo
cuando dos personas se encuentran y deciden formar una pareja, cada una de ellas llega con sus neurosis y con sus respectivos árboles genealógicos a cuestas. Al principio, durante los seis primeros meses, se mienten, se hacen promesas imposibles de cumplir, el sexo y la atracción producto de la “locura hormonal” los tiene atrapados. Más tarde tendrán que hacer frente a sus propias proyecciones…
La imagen que tenemos del mundo está heredada de nuestro árbol genealógico. Creemos que el mundo es como pensamos que es, pero cada uno de nosotros se forma una imagen diferente de la misma realidadque se corresponde con nuestra herencia genética, familiar, social y cultural. Nuestro destino está deformado por nuestra “personalidad trastornada”. Incluso se nos inculca que tenemos que ser como nuestros padres, de lo contrario seremos considerados traidores o enfermos.
La relación amorosa no tiene como finalidad una visión común, sino una creación común. Es el “lugar” donde deberían de compartirse visiones diferentes. No podemos pretender que nuestra pareja comparta nuestra forma de entender el mundo y además lo sea todo para nosotros. O que nos complete “partes que nosotros no nos hemos trabajado”.
Si nuestros padres no nos han dado la atención suficiente ni nos han valorado, no sabemos quienes somos, estamos vacíos, no creemos valer nada. No puedes darle nada al mundo. En ese estado buscamos en la pareja todo lo que creemos que no somos. Acabamos encontrando como pareja a otra persona que también se siente vacía. Uno activo y el otro pasivo, uno adorará al otro y este último se dejará adorar. Uno interpreta el papel del adulto y el otro el del niño, cada uno se basa en el otro. El que admiraba al otro acaba abandonándolo, después de hacerlo caer de su pedestal. Después inicia la búsqueda de otra pareja que merezca su admiración.
Esta lucha aparece cuando una mujer forma pareja para simular una feminidad que no conoce, porque tuvo a una madre viril. O un hombre crea una pareja para simular una virilidad que tampoco conoce, porque tuvo un padre débil o ausente. Fue educado por la madre, o la tía, o una hermana, o la abuela y está dotado de un ánima muy fuerte.
Al principio la mujer se resigna a un papel más pasivo y le deja al hombre uno más activo. Con el tiempo, ella empieza a llegar tarde y a hacer lo que le da la gana. Al mismo tiempo que ella se impone, él se encierra en su pasividad. “Uno es infiel y el otro celoso” Esto no dura siempre. La mujer, se va volviendo frígida y el hombre cada vez tiene más dificultades para conseguir una erección. Ambos van perdiendo el deseo.
. Eso ha provocado que nos convirtamos en adultos que buscan ser mantenidos material y emocionalmente. Nos acabamos casando con una madre y no con una mujer. Hemos crecido como un bebe frustrado y acabaremos encontrándonos con otro bebe frustrado. Uno le dice al otro: “enciérrate en casa conmigo, no te enredes con amistades, no cambies”. Te daré todo lo que quieras pero no crezcas, no te hagas adulto. Son dos niños aparentando ser una pareja adulta. Cuando el “hijo” empiece a ejercer de “madre” el otro, destronado, enferma, tiene un accidente o se arruina. Si uno crece el otro disminuye. Nunca dejarán de exigir, será una angustia permanente. En el fondo no buscan que los amen, sino que les agradezcan, cosa que nunca ocurrirá.
El que domina, ocupa el 90% de la relación de pareja. Ambos miembros cuando eran niños, no tuvieron la oportunidad de ser ellos mismos, sino que fueron obligados a ser lo que sus dominantes padres querían que fueran. Crecieron con un enorme deseo de dominar al otro y la pareja es un campo de batalla. Quienes vencen pierden el interés en la relación y se alejan.
Quién mantiene sometido y atrapado al otro dice: “Ya que en la pareja uno tiene que dirigir voy a ser yo el que lo haga. Con mis padres nunca pude opinar, satisfacer mis gustos ni desobedecer. Ahora que te encontrado a ti, débil y cobarde, aprovecharé para tratarte como ellos hicieron conmigo. El dominado y el dominador a veces intercambian los papeles por miedo a la separación. Si en la pareja una de las partes se sacrifica, no es una pareja de verdad.
Es interesante considerar, por otra parte, en qué momento mental y en qué contexto se escoge la pareja, ¿qué elementos confluyen en el llamado “flechazo de cupido”? Podríamos considerar que se trata de un “tiempo de cierto riesgo emocional”, pues podría ocurrir que frente al vacío afectivo, se le coloque el “traje de príncipe azul”-o el de princesa- a quien no corresponde. Cuántas veces alguien se empeña debido a necesidades mal canalizadas, o por intolerancia a la soledad- en armar un proyecto pareja con alguien que está lejos de tener la disposición para formar un vínculo.
Aquellos que nacen en una no-pareja inevitablemente tendrán serias dificultades para confiar en el amor y para erigir un proyecto de vida donde prevalezca la armonía y el bienestar.
elegirá nuestra historia familiar o solamente nuestro inconsciente, Si el bebé en sus primeros momentos de vida se encuentra con una madre y un padre desconectados emocionalmente, vacíos afectivamente el hijo buscara en las relaciones de pareja con eso mismo quien llene sus vacios, su soledad muchas veces nos acondicionamos a una pareja para no estar sol@s todo eso tiene un sentido tarde que temprano se veran los efectos cada quièn se quitara la mascara.
Si los padres tuvieron una relacion desastrosa los hijos van a repetir y atraer parejas que los van hacer sufrir
En la elección de pareja se colocan expectativas idealizadas de bienestar y de placer, que suelen dejar a un lado aspectos de la realidad propios de la convivencia y de las relaciones humanas. A través de mecanismos concientes y sobretodo, inconscientes, se espera que la persona llene las carencias y resuelva todas las dificultades que se tienen; en ella se proyectan deseos y necesidades, aspectos buenos y aspectos malos.
Podríamos hacer una larga lista sobre lo que se busca en una pareja, jamàs se debe idealizar a la pareja, cada quien tiene su propia historia y destino venimos con la informaciòn de nuestra familia de origen, hombre y mujer son dos conciencias libres, cada quien en lo suyo, no debemos de cortar alas a la pareja de turno, cada ser tiene sus hacer en esta Vida. Nuestro camino es un andar continuamente aprendamos a soltar, fluir, libremente sin atar. recordemos la frase lo que ves en mi esta en ti. Significa que vemos e interpretamos las cosas como somos nosotros internamente y no como son en realidad. Nuestras creencias dominan nuestra realidad.
Lo que yo pienso de ti es lo que veo que tengo o que me falta, pues NUNCA llegare a saber tu realidad desde tu punto de vista, solo sabre el mio y a traves de eso interpretare lo que veo en los demás, recordemos ” Lo que criticas en los otros está en ti. Lo que no está en ti, no lo ves”. Así que en vez de criticar mira dentro de ti a ver si hay algo de eso que ves en el otro que puedes mejorar tu. Toda persona y situación de tu vida es un reflejo de un aspecto tuyo de tu vida, no idealicemos a nadie el otro es un universo desconocido, si no terminamos de conocer el gran misterio de nuestra familia de Origen mucho menos vamos a conocer el universo de otro.
No podemos exigirle al otro nuestra felicidad, no podemos retener a nadie ni cortar las alas al otr@ para que se quede, cada ser tienen sus propias ideas y pensamientos, siempre soltando libremente el amor es libre, ya esto se escapa de los limites de la conciencia universal Divina. Yo tengo que hacer mi propio camino y emprender el vuelo de regreso al origen. Creemos que lo sabemos todo y no sabemos Nada. Nos creemos perfectos y todos venimos de familias totalmente disfuncionales. El camino es individual cada uno en su propio hacer y tomar las riendas de su vida para trascender a una conciencia superior.
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